RAMONA - Melissa
Para la pequeña Ramona, la hija de nuestra anfitriona y compañera en Minneapolis, Elise Roberts, nosotras somos otras amigas de su madre que visitan una casa donde el rostro de Berta es cotidiano. La niña, con casi tres años , la mira en las fotos de nuestros teléfonos y dice, Berta, señalándola con su dedito. Nos inventa canciones en ingles, nos hace bailar y nos acerca el tierno brote de primavera de la vida que enesta ciudad, emergiendo del invierno, se muestra verde y dulce entre los arboles.
Recibidas solidaria y amorosamente por Elise y Liz, activistas de la organización Witness for Peace, que ha estado vinculada a la lucha hondureña desde hace ya varios años, hemos iniciado nuestra gira por este país, enorme, ajeno, distante en nuestras narrativas, aunque presente en la política que atañe a nuestro pueblo.
Cómo es que llegamos aquí, si hace apenas unos días nos quejábamos del trafico de Tegus, de la desvergüenza de los políticos hondureños, de la injusticia que cada día se toma antes que el café de la mañana.
Desde el primer día se han sucedido los eventos en los que nuestras palabras siempre en español se han puesto en espacios donde mujeres y hombres de este país han podido acercarse apenas a historias de mujeres en resistencia desde lugares muy diferentes, algunas con sorpresa, curiosidad extraña y autentica emoción hacia dos mujeres artistas, las palabras y la música.
Honduras parece un lugar tan lejano y nosotras traemos hasta su rostro historias de mujeres que nunca van a conocer, y sin embargo, una sindicalista que me regalo un botón con la imagen de Nellie Stone Johnson una mujer negra luchadora por los derechos civiles de las personas negras, política y sindicalista, nos dijo, también estamos cansadas de que manden a nuestros hijos a morir a las guerras en países lejanos.
Las vidas importan, todas. Eso lo vamos reconociendo, valorando la nuestra en este país donde además de otras cosas tenemos tiempo para pensarnos, pensar y sentipensar en nosotras, en las otras.
Honduras parece un lugar tan lejano y nosotras traemos hasta su rostro historias de mujeres que nunca van a conocer, y sin embargo, una sindicalista que me regalo un botón con la imagen de Nellie Stone Johnson una mujer negra luchadora por los derechos civiles de las personas negras, política y sindicalista, nos dijo, también estamos cansadas de que manden a nuestros hijos a morir a las guerras en países lejanos.
Las vidas importan, todas. Eso lo vamos reconociendo, valorando la nuestra en este país donde además de otras cosas tenemos tiempo para pensarnos, pensar y sentipensar en nosotras, en las otras.

